miércoles, 26 de noviembre de 2008

Torrepadre: Haciendo vino.

Una casita en el monte
Una mujer que me quiera
Un barril de vino tinto
¡Y luego que vengan penas!

Torrepadre ha sido siempre de una cultura vinícola muy sui géneris: los majuelos familiares, daban abasto para producir todo el vino que, tanto en la bodega como en casa para las comidas, se consumía durante el año. Es curioso que la media botella que sobraba en cada comida se tiraba, nos gustaba recién traída de la bodega.
No se explotaban económicamente, por lo que se ocupaban de ellos cuando no tenían labores en los cereales.


Se disfrutaba acudiendo de vez en cuando de paseo a ver como iban las uvas, en la vendimia que era una fiesta con lagarejos incluidos, en el lavado de cubas y en el prensado de las uvas en los lagares.

Por cierto, no se si quedarán en el pueblo lagares de vigas, tan curiosos. En algunos sitios (Baños de Cerrato, frente a la ermita de San Juan) se han restaurado como atracción turística.



Esto no es el pasado, Evelio y familia se dedican "con pausas y sin prisas" a recoger sus uvas.




Y se divierten como está mandado ¿Se habrá librado la fotógrafa de un lagarejo?


El número de viñas ha caído en el pueblo, por ejemplo este majuelo, por encima de Puentequebrada, creo que ya no existe.
Se han ido quitando no sé si porque el vino salía con poco grado y algo ácido o porque se bebe menos vino y más cerveza. No sólo cambian las costumbres, también el pueblo está cambiado.


Como este lagar, pero dentro de la bodega, he conocido el de mi abuelo Fortunato y el de mi abuelo Leoncio, más antiguo y hoy desgraciadamente en ruinas.

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